lunes, 10 de febrero de 2014

Posición de Alba Luz Pinilla frente a la Salud Mental

Los colombianos somos pacientes de una enfermedad silenciosa y sin doliente en el Estado 
Las noticias que a diario encontramos nos demuestran que no hay decisión política por parte del gobierno de Santos para atender esta enfermedad invisible que nos ataca silenciosamente a los colombianos. 
Realmente falta voluntad política institucional y más información a la opinión pública para que de manera decidida entre a reclamar sus derechos: Alba Luz Pinilla, autora de la Ley 1616, de salud Mental.
A un año de haberse aprobado la Ley 1616, que garantiza el ejercicio pleno del Derecho a la Salud Mental de la población colombiana, los hechos resientes nos demuestran que la intolerancia social aún continúa y que hoy más que nunca es urgente que Colombia ponga en marcha y aplique efectivamente la Ley.
Resulta muy triste saber que un conductor del moderno Sistema Integrado de Tránsito y Transporte, por una crisis nerviosa, choca tres vehículos y deja cinco personas lesionadas; que por no poner música, los clientes asesinan a una tendera en Ciudad Bolívar; que por una diferencia de dos mil pesos, taxista y pasajero se agreden físicamente dejando como resultado la muerte de este último; que un hombre amenaza a sus vecinos públicamente con una pistola, porque le piden bajar el volumen de la música del carro; sin olvidar la cantidad de mujeres atacadas con ácido y las víctimas del postconflicto que surgirán después de las negociaciones de paz.
Hace un año, cuando logramos la aprobación de la Ley 1616 o Ley Esperanza, garantizamos  que el abordaje psicoterapéutico esté incluido en el primer nivel de atención, integrado con el resto de los servicios y articulado con servicios especializados en los otros niveles de complejidad. Garantizamos la calidad de la atención integral a través de la promoción de la Salud Mental, la prevención, el tratamiento y rehabilitación integral de la persona con trastorno mental y la gestión para recuperar su autonomía y la plena vigencia de sus derechos. Aportamos para mejorar la calidad de vida de las personas con trastorno mental y de sus familiares y cuidadores e involucramos la participación de las comunidades, las familias y los usuarios en la gestión de la salud mental, fomentando el autocuidado de la salud mental en la población colombiana como ejercicio de corresponsabilidad con el Estado” dijo Alba Luz Pinilla, Representante a la Cámara y autora de la Ley.
De acuerdo con el último Estudio Nacional de Salud Mental, dos de cada cinco colombianos han sufrido alguna vez en su vida, de un trastorno mental y su atención se constituye en un reto para el sistema de salud en el país.
Nohora Sánchez, directora de la Maestría de Salud Mental Comunitaria de la Universidad El Bosque, indica que los principales problemas que pueden afectar la salud mental de los colombianos son estrés, angustia, exceso de ocupaciones y responsabilidades; falta de descanso, malos hábitos alimenticios, consumo de sustancias tóxicas y falta de ejercicio.
Una investigación reciente del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Unicef y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) con 1.681 menores de edad del país, demuestra que además de haber sido víctimas de desplazamiento forzado, secuestro, orfandad, minas antipersona y reclutamiento, los niños que han sufrido los rigores del conflicto armado colombiano tienen que cargar con una serie de problemas emocionales que frustran su libre desarrollo. A lo anterior se suma la calidad de vida de excombatientes reinsertados a la vida civil y  las mujeres viudas cabeza de familia víctimas del desplazamiento forzado.
“Hoy, el ministro de salud continúa  desconociendo la importancia de la salud mental, hecho que ya habíamos demostrado en un debate de control político donde se mostró que institucionalmente el Ministerio de salud no reconoce  la salud mental como una prioridad en la política de salud pública y por tanto, no existe una dirección de salud mental que se encargue de articular los importantes avances legislativos con los que cuenta el país en esta materia”, argumentó Pinilla.
Por lo anterior, continúa la Representante, evidenciamos que las cifras en salud mental son preocupantes, la depresión reconocida como un transtorno mental es, después de los accidentes de tránsito, la enfermedad de mayor carga incapacitante en el país, teniendo en cuenta el aumento en el consumo de sustancias psicoactivas, suicidios, bullying, matoneo, violencia intrafamiliar como detonantes de transtornos de salud mental, sin políticas claras de prevención. Pero sin lugar a dudas, la peor de las enfermedades mentales que ataca a los colombianos es la indiferencia ante la violencia permanente con la que convivimos.

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